Reflexiones de un hombre notable

«Los paradigmas son poderosos porque crean los cristales o las lentes a través de los cuales vemos el mundo. El poder de un cambio de paradigma es el poder esencial de un cambio considerable, ya se trate de un proceso instantáneo o lento y pausado.»
Stephen Covey

En el mundo hay muchísimas personas notables. La mayoría no son famosos, ni hacen cosas que influyan en toda la humanidad. O tal vez sí, sólo que de un modo silencioso, influyendo en su entorno cercano, lo cual con el tiempo se va trasladando a muchas más personas.

En el otro lado de la moneda, están los hombres y mujeres que influyen a un nivel mucho más evidente. Personas cuyas ideas y conceptos, cuyo modo de ver el mundo, provoca cambios, evolución. Porque su modo de ver el mundo plantea cambios en los paradigmas, provocan cambios extraordinarios que en muchas ocasiones son criticados inicialmente, pero que más tarde muchas personas copian y hacen suyos.

Hoy voy a hablar de uno de estos hombres que hacen cambiar y evolucionar conceptos y paradigmas de manera evidente. Ayer falleció Steve Jobs, uno de los creadores de Apple. Es una persona que supo seguir su instinto, que se negó a hacer lo que hace la mayoría, que supo sacar provecho de los golpes que la Vida nos da a todos.

Creó Apple en 1976 con un amigo de la adolescencia. Fue portada en la revista Time en 1981 gracias al éxito en ventas y seguidores de su ordenador Apple II. A los 26 años era millonario. En 1985, por desacuerdos con la cúpula directiva de la empresa que él mismo creó, fue despedido. Durante esa época, supo sacar fuerzas de flaqueza, y guiado por su pasión por la informática, creó una nueva empresa, Next. En todo ese proceso, conoció a la que sería su esposa y creó nuevos productos de hardware y software, con éxito. Poco después compró una empresa a Lucasfilm que transformaría en Pixar, que revolucionó la industria de animación con la creación de la primera película animada por ordenador, Toy Story. Unos años más tarde, en un giro inesperado, Apple, compraría su nueva empresa, con lo cual volvió a Apple.  En el momento de su fallecimiento, su fortuna se valora en más de 8000 millones de dólares.

A continuación, podéis ver un vídeo del discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford, durante la apertura del curso de 2005. Por cierto, Steve nunca llegó a graduarse, dejó los estudios universitarios poco tiempo después de comenzarlos. Él mismo dice que siguió su instinto.

A continuación, he extraído las partes de su discurso que más me han llamado la atención.

Sobre la importancia de saber qué se quiere hacer en la Vida, de descubrir cuál es nuestro Objetivo:

«Seguir mi curiosidad e intuición resultó no tener precio».

«No puedes conectar los puntos (se refiere a lo que vamos aprendiendo durante la Vida y las experiencias) hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma… lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán, te dará la confianza de confiar en tu corazón. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.»

«[…] amaba lo que hacía. […] Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado (de su pasión, la Informática). Así que decidí comenzar de nuevo».

Sobre las adversidades de la Vida, que pueden ser una liberación, una oportunidad de mejorar y evolucionar:

«A veces la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial, es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las grandes relaciones, las cosas mejorarán cada vez más según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que encontréis. No os conforméis.»

Sobre lo preciosa que es la Vida:

«Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: ‘Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón’. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: ‘Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’ Y si la respuesta era ‘No’ durante muchos días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo. Tener presente que voy a morir pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida, porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso, se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir, es la mejor forma de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir a tu corazón. […] La muerte es el destino que todos compartimos.

Sobre seguir nuestro Camino:

 «Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás, es secundario».

«Seguid hambrientos, seguid alocados.»

 

Descanse en paz.

Limpiando mente, corazón y espíritu: Ho’ oponopono (I)

Soy un convencido y firme defensor de los mal llamados «libros de autoayuda». Algunas personas los menosprecian o se burlan alegando que no sirven para nada. Curiosamente, opinan y juzgan sin conocer este tipo de literatura.

Yo los denomino libros de Superación Personal, porque efectivamente ayudan a sacar lo mejor de las personas. Leyéndolos atentamente y poniendo en práctica sus consejos, pueden ayudarnos a alcanzar nuestro potencial.

No obstante, en varias ocasiones, nos encontramos con que aún esforzándonos en hacer lo que nos plantean, no conseguimos los resultados esperados.

También sin leer ningún tipo de libro, sucede que cuando nos proponemos alcanzar una meta incluso haciendo un plan detallado para llegar a ella, no lo conseguimos.

Creo que esto se debe a que no podemos mantener la energía necesaria para manifestar, crear o alcanzar lo que queremos cuando no estamos preparados. ¿Y qué es estar «preparados»?

De pequeños desarrollamos muchas capacidades en muy poco tiempo. Solemos atribuirlo a que el ordenador de nuestro cuerpo, el cerebro, es mucho más activo en nuestra infancia, a que en esa época de nuestra vida absorbe y procesa mucha más información, y es cierto. Pero, además,  cuando éramos pequeños estábamos preparados porque aceptábamos las cosas tal cual son, y no estábamos pre-ocupados por si nos equivocábamos, no teníamos prejuicios ni esquemas mentales limitantes.
Queríamos aprender y desarrollarnos. Aún no había dado tiempo para que circunstancias protagonizadas principalmente por personas adultas nos empezaran a grabar límites en nuestros esquemas mentales, límites sobre lo que «podemos» o no hacer, con prejuicios, con críticas, con manipulaciones, y otras muchas cuestiones. Antes de todo eso, antes de que nos minaran, aprendíamos cualquier cosa fácilmente: a caminar sin importar las veces que nos cayéramos, a hablar sin importarnos si pronunciábamos bien o si nuestra gramática era correcta, etc.

No es que tuviéramos fe, es que simplemente no cuestionábamos nada y no teníamos esquemas mentales negativos subyacentes, y aún éramos demasiado jóvenes como para sentir rencor, odio hacia los demás o incluso hacia nosotros mismos. Por eso, estábamos preparados para conseguir lo que quisiéramos, para desarrollarnos, para adquirir dones, porque estábamos limpios en todos los sentidos y no llevábamos pesadas cargas como el rencor, la culpa o prejucios de cómo deben ser las cosas.

Por eso, aprendíamos, hacíamos cualquier cosa y perseverábamos sin miedos y por tanto, con éxito. No contemplabas si te equivocabas o hacías el ridículo. Sólo tenías un objetivo y lo perseguías. De un modo puro y alegre. Como lo hacen los niños.

Debemos por tanto limpiar el inconsciente, dejarlo como el de los niños. Purificar mente, corazón y espíritu. Porque ahí están los bloqueos. Ahí está todo aquello que nos impide alcanzar nuestro potencial, ser lo que somos en realidad.

Existe una técnica extraordinaria que nos puede ayudar en este cometido: el Ho’ oponopono.

(Continua en otro artículo. Pulsa AQUÍ).

«Seré capaz de sostener su corazón, no necesito manos para eso»

La frase que da título a este artículo puede resultar conmovedora, pero lo es especialmente viniendo de quien la pronuncia y su contexto. No es la primera vez que escribo sobre Nick Vujicic. Cuando miro y escucho a este hombre, me conmuevo profundamente. En el vídeo que comparto a continuación, Nick nos habla sobre su vida con un humor sano, pero sobre todo, con una enorme sabiduría y fuerza. Nos habla de la valía que todas las personas tenemos, de que podemos hacer todo aquello que nos propongamos, de apreciar lo que tenemos y dar gracias por ello, y de trabajar y luchar por aquello que queremos alcanzar.

Es probable que te preguntes cómo es posible que este hombre haya sacado fuerzas para mirar a la Vida con una sonrisa y hacer todo lo que ha hecho. Cómo no admirarle y preguntarse de dónde saca la fuerza y el coraje de vivir intensamente y aportando tanta energía positiva a sus semejantes.

Desde un punto de vista lógico, se puede deducir que somos lo que pensamos. Un pensamiento genera una emoción, ésta nos lleva a tomar unas determinadas decisiones, lo que nos lleva a comportarnos de una manera muy concreta:

Pensamiento >> Emoción >> Decisión >> Comportamiento >> DESTINO

Es una fórmula tan simple, que es fácil querer cuestionar si nuestros pensamientos pueden llegar a definir nuestra Vida, nuestro Destino. A los hechos me remito. Observad a Nick, que ha convertido su enorme minusvalía en un gran ejemplo de superación personal y coraje. Observad cómo minimiza sus defectos a través del humor, cómo saca fuerzas de su situación. Es un Mago que crea su experiencia personal, su vida, que juega con maestría las cartas que le ha dado la Vida. No importa tanto las circunstancias, sino lo que decidimos hacer con ellas.

Somos seres racionales y sentimentales. Nuestras vidas están regidas por pensamientos y sentimientos. Los sentimientos tienen una gran fuerza en nuestras acciones, pero podemos manejarlos. Podemos elegir cómo actuar, y podemos convertir pensamientos/emociones negativas en combustible para avanzar y mejorar, podemos hacer que lo negativo sea fuente de Motivación.

Se dice que tenemos principalmente dos palancas de motivación: el deseo de ganar y el temor de perder. Yo añadiría una tercera, mucho más potente y auténtica: ayudar y servir a los demás.

No tenemos excusas. Ya lo sabíamos, pero ahora tenemos gracias a este hombre la demostración irrefutable de que creamos nuestro Destino. No podemos controlar lo que nos sucede, pero sí podemos controlarnos a nosotros mismos y, por lo tanto, podemos alcanzar las metas que nos propongamos y vivir la vida que deseemos.

Gracias por tu Ejemplo, Nick.

La adversidad es el polvo de diamante con el que el Cielo pule sus joyas.

Thomas Carlyle

Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo…

No, no voy a hablar de Arquímedes. Así que te planteo esta pregunta:

¿Qué hay en tu vida tan importante y contundente que hasta puede ayudarte a «mover el mundo»?

Sin duda uno de los peores momentos que podemos vivir, podría ser una depresión, o una gran tristeza. Son instantes en los que cualquier persona se «siente» sola. Son horas, días, meses o años en los que  estamos «desconectados» de nuestra esencia, y por lo tanto, de nuestro vínculo con los demás. No voy a entrar en las posibles causas de esta aparente desconexión, pero es importante que tomemos conciencia de que en muchas ocasiones, esa tristeza, esos malos momentos, están provocados por una  falsa sensación de soledad, de que no estamos conectados con nada ni con nadie.

Pero lo cierto es que todos estamos conectados a muchos niveles. Especialmente, la gran conexión es con nuestras amigas y amigos, independientemente del rol que desempeñen en nuestras vidas (familiares u otras personas sin lazos consanguíneos).

La Amistad es la obvia respuesta (que en realidad es Amor). Sin amigos no podríamos llegar a alcanzar nuestro máximo potencial. Como personas, y a nivel global. Diría que en muchas ocasiones menospreciamos el valor de la Amistad y de los Amigos. En un momento de la historia en el que las redes sociales auspiciadas por Internet cobran más fuerza cada día, lo que es obvio pasa a ser irrefutable: la Amistad como eje principal, y las relaciones interpersonales, como motor de crecimiento individual y social.

En lo personal, en las últimas semanas he constatado algo que ya sabía: tengo unos Amigos formidables, extraordinarios. Amigos en el sentido más puro y amplio de la palabra. Y estoy infinitamente agradecido por ello.

Os doy las gracias por estar ahí. Por ser como sois. Por brindarme vuestra amistad.

Por ser mis amigos.

Gracias.


La gratitud, aquello que jamás sobra

Un granjero estaba trabajando cuando escuchó un grito pidiendo ayuda. Comenzó a buscar a la persona que gritaba desesperadamente y la localizó en un pantano cercano. Se trataba de un joven que se encontraba en arenas movedizas y casi enterrado por completo. El granjero ayudó al joven a salir, librándole de una muerte segura.

Poco después un noble llegó hasta la casa del granjero. Era el padre del joven al que había salvado la vida.

Una vez que el elegante señor se presentó, le dijo con gran firmeza al granjero:

Ha salvado la vida a mi hijo. Pídame lo que quiera, es suyo.

El granjero no quería pedir nada, ya que estimaba que tan sólo había hecho lo que había que hacer.

Mientras el noble insistía, llegó a la cabaña el hijo del granjero. Entonces le ofreció hacerse cargo de la educación del chico. Esta vez el granjero sí aceptó.

Años después, un hombre enfermó de pulmonía. Se curó gracias a la penicilina, descubierta por el doctor Alexander Fleming.

Lo maravilloso de esta historia, es que el doctor Fleming, era el hijo del granjero, y el hombre que estuvo a punto de fallecer por la pulmonía, era el hijo del noble, Sir Winston Churchill.

Emocionante e impresionante vídeo de un león que abraza cariñosamente a la persona que lo cuidó y salvó de una muerte segura.

Por un instante, nuestras almas se tocan…

La mayoría de las veces olvidamos la importancia de tocarnos, de estar cerca. Los abrazos, son la representación física de «te quiero o te aprecio, eres importante, me importas, somos uno»,  conozcas mucho, poco o nada a la persona con la que protagonices un sincero y desinteresado abrazo.

Pueden emocionarnos porque nos recuerdan sutilmente que todos estamos conectados, a muchos más niveles de los que somos conscientes…

«Abrazos gratis» o «Regalo abrazos»… rezan los carteles que muestran los protagonistas del vídeo. Lo que hacen es muy emocionante. Aviso: es posible que necesites un pañuelo 😉

Gracias a Olga, que es quien me ha hecho conocer el vídeo. Te daré un abrazo cuando te vea 😉