Todos los animales del bosque trataban de escapar del infernal incendio.
Mientras huía del bosque en llamas, el jaguar vio volar en sentido contrario al colibrí… Observó que volvía al bosque, que ardía con intensidad. Le pareció una actitud tan extraña como peligrosa, pero pudo más su instinto de supervivencia que su curiosidad, así que continuó huyendo. Minutos después, volvió a ver al rápido pájaro volando, aunque esta vez en la misma dirección que él, huyendo del fuego. Y poco después, otra vez en dirección al bosque…
Observó este compartimiento de ida y vuelta del colibrí muchas veces. Llegó un momento en el que no pudo resistir la tentación de llamar la atención del pájaro con un gran rugido.
— ¿Por qué huyes del bosque para volver a los pocos minutos, colibrí?
— Estoy yendo al lago. Tomo todo el agua que me cabe en el buche y al volver al bosque lo echo al fuego.
— ¿Para qué haces eso?
— Para apagar el fuego.
Entre carcajadas, el jaguar le gritó:
— ¿Estás loco? ¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tan poca cantidad de agua tú solo?
— Sé que no – respondió el colibrí – sé perfectamente que yo solo no puedo. Pero el bosque es mi hogar. Ahí vivo, me cobija, me proporciona alimento… Y estoy agradecido. A cambio, yo le ayudo a crecer polinizando sus flores y transportando semillas. El bosque es parte de mí. Y yo de él. Yo sólo no puedo apagar el fuego, pero es mi deber hacer mi parte…
Los espíritus del bosque escucharon al colibrí. Les conmovió tanto su lealtad al bosque que provocaron una gran lluvia que ayudó a extinguir el incendio…
Mi versión de una fábula que encontré en Internet.
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De las enseñanzas o moralejas que podemos extraer de esta fábula, hay una que es muy obvia: individualmente tenemos poca fuerza, pero haciendo cada cual su parte, podemos conseguir proezas. O incluso milagros…
Es necesario que cada persona desde su posición, desde sus cualidades, desde donde puede, desde lo que es capaz de hacer… haga su parte.
En el mundo actual algunos están provocando que sucedan cosas muy extrañas que desafían toda lógica y de las que no conocemos precedentes. Se ha provocado un «incendio» colosal.
Necesitamos tomar conciencia para… hacer nuestra parte. Para enfrentarnos al fuego debemos vencer al miedo. Ese miedo que ha sido provocado por mentiras y por verdades a medias, vomitadas por una campaña de marketing que no conoce precedentes. Una publicidad engañosa cuyo objetivo, conseguido, ha sido provocar un miedo irracional que neutraliza la capacidad de análisis de, incluso, las mentes más brillantes…
Es, por lo tanto, necesario vencer al miedo. Los que venzan al miedo podrán enfrentarse al enorme incendio que busca convertir en brasas los fundamentos de nuestra sociedad. Venciendo al miedo, volverá la lógica, cuya naturaleza implacable pondrá en evidencia cada mentira y cada disparate de esta farsa descomunal que estamos viviendo.
Apagar el fuego, o lo que es lo mismo, tomar acción. Tomar acción con base en la nobleza, en la firmeza y en la fuerza que el amor por las personas que amamos nos da.
Haz tu parte, ayuda a apagar el fuego que asola al bosque.
Haz tu parte, ayuda a destruir la enorme farsa que amenaza a nuestro mundo.