SI
Si conservas tu juicio, aunque los demás
estén perdiendo el suyo, y te culpen de ello.
Si crees en ti mismo, aunque otros duden,
pero eres indulgente con sus dudas.
Si sabes esperar pacientemente
y, aun viviendo rodeado de mentira,
la mentira nunca está en tu boca.
Si eres odiado y no reaccionas con odio,
aunque no te muestres falsamente santo
ni finges al hablar mucho talento.
Si puedes soñar, sin que te domine el sueño,
y pensar, sin ser esclavo de la mente.
Si eres inmune al triunfo y al fracaso
y tratas a esos dos impostores del mismo modo.
Si escuchas tu verdad en otras bocas
que de ella se sirven para fines propios.
Si ves desmoronarse aquello por lo que has dado tu vida
y te inclinas para construirlo de nuevo
con tus herramientas gastadas.
Si puedes arriesgar cuanto ganaste
a una carta, y perder, y retirarte
y volver a empezar como si nada
y no pronunciar palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar todo tu cuerpo,
corazón, nervios y músculos
para que te sirvan aunque ya no tengan fuerzas
y mantenerte firme cuando nada queda salvo la voluntad que dice: «¡Aguanta!».
Si hablas con las personas y conservas tu virtud,
si estás entre reyes y no pierdes tu integridad.
Si no pueden herirte tus enemigos
ni tampoco tus amigos.
Si todos ponen en ti su confianza
y ésta no queda nunca defraudada.
Si puedes llenar cada minuto implacable
con sesenta segundos que merezcan haber sido vividos…
Entonces, el mundo es tuyo, con todos sus tesoros,
y aún más… ¡alcanzarás la mejor y más íntegra versión de ti mismo!
Versión de Javier Martín del poema «Si», de Rudyard Kipling.
Rudyard fue un famoso poeta y novelista. Publicó entre otras obras, El libro de la selva.
Posiblemente si todos actuáramos siempre con integridad nos ahorraríamos muchos o quizá todos los problemas y situaciones adversas en el plano de las relaciones, porque seríamos honestos y sinceros con los demás, y más importante aún, seríamos honestos y sinceros con nosotros mismos.
En un mundo donde nos domina el miedo, fuente de todas las actitudes negativas, ser íntegro es la vacuna perfecta ante tanto despropósito.
1 comentario
Hermoso poema, excelente reflexion. 😀 )))))