¡FELIZ Y PRÓSPERO 2013!

Dicen los medios de comunicación que este nuevo año va a ser «difícil», que va a ser duro. Quizá.

Pero no debemos permitir que estas palabras u opiniones, tengan base o no, sentencien nuestro destino. Está claro que nadar contra corriente requiere de un esfuerzo mucho mayor que nadar con la corriente a favor, pero la satisfacción al llegar a la orilla, es muchísimo mayor, precisamente porque no ha sido fácil.

Trabajemos por mejorar nuestras situaciones, nuestros destinos. Ayudémonos en primer lugar a nosotros mismos para poder ayudar del mejor modo posible a los demás. Es el único modo de superar cualquier obstáculo. Entre todos, podemos superar cualquier situación.

Todos a una.

Veo un año con desafíos personales y globales (¡cómo todos los años!), que son oportunidades que nos brindan la posibilidad de hacernos mejores.

Sí, las palabras, palabras son. Los hechos son lo que cuenta, aunque toda acción parte de un pensamiento o un sentimiento. Y las palabras sirven para procesar e invocar esos pensamientos y sentimientos. Las palabras pueden ser una palanca, un detonante que nos motive.

Así que, ¡adelante!

Podemos. Podemos si creemos, si tenemos Fe. Y actuamos consecuentemente. Con planificación y constancia.

Y cuando superemos nuestras limitaciones, seremos más fuertes y sabios que nunca. Mejores. Más grandes.

Saldremos de la crisis, ¡sin duda! 😉

Os deseo que este nuevo año, el 2013, sea el año en el que descubráis vuestro potencial, vuestro poder, en el que podáis vencer cualquier circunstancia y podáis así descubrir una Felicidad y una Prosperidad como nunca antes.

¡Os deseo en este 2013 una Felicidad y una Prosperidad tan grandes como seáis capaces de imaginar!

Un nuevo comienzo, lleno de Éxitos.

¡FELIZ NAVIDAD 2012!

A veces esperamos una señal, un instante concreto, un contexto, unas circunstancias que creemos «ideales».

Esperamos que se cumplan unas condiciones para realizar un proyecto, para llamar a alguien, para hacer las paces, para un nuevo comienzo…

Muchas personas parecen disfrutar más de la vida durante las fiestas navideñas, o durante sus vacaciones de verano o cuando se cumplen las circunstancias que creen deben producirse para «poder» disfrutar.

También en situaciones límite, aquellas que ponen de manifiesto que quizá no haya más tiempo u oportunidades para hacer todo lo que queremos, como padecer una enfermedad terminal, un fin del mundo… 😉

¿Realmente es necesario esperar a un momento concreto para vivir con plenitud?

Por supuesto que no. Porque las circunstancias las podemos crear o mejorar.

¿Por qué no vivir siempre lo más plenamente posible? Sin esperar a un tiempo o a unas condiciones o circunstancias.

O a un tiempo festivo…

Os deseo que paseis una Felices Fiestas… ¡durante todo el año! 😉

¡Feliz Navidad a tod@s!

Navidad_disfrutando

21/12/2012. ¿El fin del mundo?

No deja de sorprenderme la tendencia que tienen muchas personas a fijarse en las tragedias, en los problemas, en profecías apocalípticas y similares, e instalar allí su sistema de creencias, haciendo girar su vida en torno a cuestiones negativas, que no realistas.

Hasta tal punto llega el miedo y fijación a lo negativo de muchas personas, y en especial con la supuesta predicción del fin del mundo del calendario de los antiguos mayas, que hasta la NASA ha tenido que intervenir para afirmar contundentemente que no hay nada que haga pensar en un final del mundo para esta fecha. Miles de preguntas relacionadas con el fin del mundo han recibido varios científicos, por lo que han tenido que desmentir tal apocalíptico supuesto.

Todo proviene de interpretaciones incorrectas del calendario maya. El día 21 de diciembre, solsticio de invierno, finaliza un ciclo de ese calendario denominado “baktún 13”. Los expertos están de acuerdo en que los antiguos mayas no estaban hablando de esa fecha como el día del fin del mundo, sino que aludían a un cambio de ciclo.

Según cuentan algunos medios de comunicación, bastantes personas dicen estar enfermas de la preocupación por el “fatídico” día, o que no pueden comer, dormir, etc., incluso han llegado a una depresión. Peor aún, hay personas que pretenden suicidarse.

Otros adoptan una actitud más… digamos… “lúdica”, protagonizando noticias como ”Orgía sexual de 1.500 personas para esperar el fin del mundo”. Al parecer, la productora de películas para adultos Pink Visual ha tenido la feliz idea de promocionar una orgía sexual entre tal cantidad de personas para esperar el fin del mundo, y de paso evitan pasar frío, claro. Sin comentarios.

NibiruEntre las diversas teorías de cómo puede acabar el mundo este 21 de diciembre de 2012, está la del planeta imaginario Nibiru, el cual estaría a punto de colisionar con la Tierra, provocando por supuesto el temido fin de mundo. Si esto fuera cierto, estaríamos viendo el planeta desde hace mucho tiempo, por no mencionar las nefastas consecuencias ocasionadas por la cercanía a la Tierra de otro planeta.

También se habla de que podría revertirse el campo magnético de la tierra, que un agujero negro podría tragar el planeta, o que la alineación de los planetas puede provocar diversas catástrofes naturales.

Otra teoría apocalíptica es que una inmensa llamarada solar quemará literalmente el planeta. Ciertamente, en la actualidad el Sol está particularmente activo, pero muy lejos de generar semejante cataclismo.

Mi opinión es que si nos tenemos que preocupar por algo, es por nosotros mismos, porque si alguna vez llega el fin del mundo, probablemente sea de la mano del uso indiscriminado de los recursos naturales, el efecto invernadero provocado por los contaminantes que provocamos día tras día, centrales nucleares, guerras, etc., etc.

Efectivamente. La mayor amenaza para la tierra, es el propio ser humano.

Nos han contado que el día 21 de diciembre de 2.012 es el fin del mundo. Quizá el Apocalipsis llegue alguna vez, pero estoy seguro de que no será en esta fecha tan fatídico e importante… evento.

Démosle una función realmente útil a esta “profecía” catastrofista, reflexionando, buscando la mejor manera en la que podemos contribuir a hacer, entre todos, un mundo mejor. O quizá recordando nuestra mortalidad, lo efímera que es nuestra existencia, y que realmente merece la pena ser o tratar de ser la mejor versión posible de nosotros mismos. Seguro que así nos esforzaremos por cuidarnos a nosotros mismos, y por lo tanto, al planeta.

Me viene a la mente la frase que decía en la película Gladiador el general Máximo Décimo Meridio:

«Lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad».

Eternidad

12.12.12 Un día curioso, y por qué no, mágico, pese a quien le pese.

Hacía tiempo que no me ponía guantes a la obra para escribir un ratillo y de paso recordar la anterior fecha curiosa que hubo hace poco más de un año. ¿El motivo? El día que es, 12/12/12. Un día curioso, irrepetible y único (aunque bien pensado, todos lo son). Pero hay otro motivo…

12-12-12En mis viajes diarios por la red, leo como hay gente que le importa tres pepinos la fecha. Sin duda, no hay nada de especial que para ellos así les parezca, como seguramente no haya nada en sus vidas más interesante que estar todos los días jodiendo la marrana y quejándose por todo. Gente que critica todo lo que consideren decente, positivo o curioso como es el caso. Lo gracioso es que, asombrosamente, éstos mismos que nos hacen recordar que nada mágico sucederá hoy por ser la fecha que es (gracias por ponerme los pies en la tierra queridos…) seguramente idolatrarán a algún grupo de música, algún equipo, algún personaje extravagante o les divertirá el humor decadente, pedante y de mal gusto.

Nadie está obligado a que le parezca especial este día, igual que nadie está obligado a que le parezca especial el aniversario de su pareja, o el día que conoció a tal persona, o el día en el que se dio su primer beso, o el cumpleaños de su hijo, por ejemplo…

Mi opinión es que, tanto si es 12/12/12 como si es cualquier otro día, lo disfrutes y lo vivas como se deberían hacer todos los días, como si fuera el último.

PD: Ya que pronosticáis que hoy (de magia nada, pero para ver el futuro parece que sí sois poseedores de poderes sobrenaturales) no sucederá nada mágico o maravilloso tranquilos, no tiene porqué ser una fecha como ésta para que algo extraordinario suceda en nuestras vidas.

Artículo publicado el 12/12/12, en Diario Estelar de Darth Faker por DarthF.

¿Te atreves a soñar?

Ésta es tu línea de vida. Ahora estás en el presente. Has dejado atrás tu pasado y por delante está tu futuro. Si te preguntas a ti mismo cómo quieres que sea tu futuro, es fácil que tu respuesta sea: – “No lo sé. No tengo ni idea. Lo que sí sé, es lo que no quiero que me ocurra”.

Lo normal es que sepas decir lo que te gusta y lo que no te gusta de tu presente. Y si te paras a pensarlo, te des cuenta también de lo que te gustó y de lo que no te gustó de tu pasado. Sin embargo, es más que probable que la incógnita sobre lo que deseas para tu futuro, permanezca.

En general, desde pequeños, nos enseñan multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en nosotros mismos. Creer en ti, y tener claro lo que quieres, puede ser tildado por muchos de prepotencia. – “Hijo lo que hay que hacer es trabajar duro. Sacrificarse y aceptar tu destino. Soñar despierto, es una pérdida de tiempo”.

Tampoco faltará quien te recuerde que eso es como el cuento de la lechera. Curiosa fábula que alguien debió inventar para que los demás dejaran de soñar. Una pena, porque en realidad la forma de conseguir tu meta, es soñar con lo que quieres, ponerle fecha de caducidad a tu sueño y luego trabajar para alcanzarlo. Te puede ir muy bien en el futuro. Todo depende de lo que tú creas.

Lo primero que debes hacer, es tomar conciencia de algunos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en práctica.

Empecemos por el concepto de zona de confort.

Esta es la zona metafórica en la que estás cuando te mueves en un entorno que dominas. En ella las cosas te resultan conocidas y cómodas, sean éstas agradables o no.

Por ejemplo, estar atascado todos los días en el tráfico, es estar dentro de tu zona de confort, porque es lo que conoces. Que tu jefe te machaque en la oficina, es zona de confort, porque es lo que conoces. Que disfrutes o pelees con tu pareja, es zona de confort, porque es lo que conoces.

Tus hábitos, tus rutinas, tus habilidades, tus conocimientos, tus actitudes y tus comportamientos, son también parte de tu zona de confort.

Alrededor de tu zona de confort, está tu zona de aprendizaje. Esta es la zona a la que sales para ampliar tu visión del mundo. Y lo haces cuando aprendes nuevos idiomas, viajas a países desconocidos, tienes nuevas sensaciones, enriqueces tus puntos de vista, modificas tus hábitos, conoces otras culturas, o te encuentras con nuevos clientes.

Es la zona donde observar, experimentar, comparar, aprender… Hay personas a las que esto les apasiona, y por ello frecuentan su zona de aprendizaje. En cambio, a otras les asusta, y para evitarlo, se mueven únicamente dentro de su zona de confort. Salir de ella, lo consideran un peligro.

Más allá de tu zona de aprendizaje, está la que llamamos la zona de pánico o la zona de no experiencia. Aquellos que no quieren que la transites, que suelen ser los que nunca salen, dicen que es la zona en la que pueden ocurrirte cosas gravísimas. Es como Finisterre, más allá, se acaba el mundo.

  • “¡No salgas, que va a ser terrible!  ¿Y si te sale mal?”
  • “Ya, pero, ¿y si me sale bien?”

Esto último lo dicen sólo los que consideran que esta zona es en realidad la zona mágica. La zona en la que te pueden ocurrir cosas maravillosas, que aún no conoces, porque todavía no has estado allí.

Es la zona de los grandes retos. Hay personas que creen que si salen a la zona mágica no podrán volver atrás, que su zona de confort desaparece. Esto es falso. Al salir lo que sucede, es que extienden su zona de confort y aprendizaje. Cambiar no significa que pierdes lo que tenías, significa que añades. El cambio es en realidad desarrollo.

Esto podría parecer miedo a lo desconocido, pero en realidad es miedo a perder. A perder lo que tienes, o aún peor, a perder lo que eres.

Lo siguiente que tendrás que tener en cuenta, es la tensión emocional y la tensión creativa. Operan como dos fuerzas opuestas. La primera tirará de ti hacia tu zona de confort, y la segunda te hará avanzar a hacia el exterior.

Para poder avanzar, tendrás que conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos. Te toca por tanto trabajar la tensión emocional, y especialmente los miedos que provoca salir de la zona de confort. Miedo al que dirán, miedo a fallar, miedo al ridículo y a la vergüenza. Deberás reconocerlos y enfrentarlos.

¿Te preguntas cómo puedes hacerlo? Cree en ti. Tú eres el protagonista de tu vida. Lo que tú no decidas, probablemente lo harán otros por ti. Al gestionar correctamente tus miedos, crecerá tu autoestima, y ésta te dará una nueva visión de la realidad, llena de oportunidades. Así podrás elegir mejor tu objetivo, tener claro cuál es tu sueño, buscar un qué, que te motive.

Luego, compararás tu punto de partida con tu destino, y es fácil que sientas como si encogieras. Es normal, estarás tomando conciencia de lo que te falta por aprender. Te será útil recordar tus orígenes, tus valores y tus principios, y que reflexiones sobre tu misión personal en la vida.

Para ayudarte a mantener la tensión creativa, y no ceder a la tensión emocional, será conveniente que pienses en tu misión personal. ¿Qué hay más allá de ese sueño? ¿Para qué quieres alcanzar tu sueño?

En cuanto transformes tus prejuicios limitantes, confíes en ti y en tu sueño, y entiendas por qué y para qué lo haces, habrá llegado el momento de pasar a la acción y dejar atrás tu zona de confort.

Experimentarás el placer de aprender a perseguir tus sueños. Puede que al principio te sientas poco competente y vulnerable, que pienses que es arriesgado. ¡No pasa nada! Eres humano, y no lo sabes todo, estás aprendiendo. ¡Enhorabuena! ¡Estás avanzando hacia tu sueño!

Lo que te falta para comenzar a recuperar tu sensación de competencia, es volver a tu zona de confort a por los recursos personales que sin duda tienes, y que con las prisas, olvidaste utilizar.

Coge los necesarios, ten paciencia con tu preparación. Confianza en tu objetivo. Prepara bien tu estrategia. Sé perseverante y positivo, y antes de lo que te imaginas, tu sueño, se habrá hecho realidad.

¿Te atreves a soñar?

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Lo que acabas de leer, es la transcripción literal que he realizado del vídeo que comparto a continuación, de la empresa Inknowation, cuya misión a grandes rasgos es, según ellos explican, mejorar los resultados empresariales creando nuevos paradigmas en los que los clientes encuentren el valor de las propuestas que ofrecen las empresas. Os recomiendo encarecidamente que visitéis su original e interesante web:

http://www.inknowation.com/es

Las imágenes del vídeo son muy descriptivas, y acompañan a la perfección las explicaciones de la voz en off. Completamente recomendable. Seguro os da qué pensar y os motiva. Disfrutadlo.

Los prejuicios

«Detrás de un prejuicio se esconden el miedo y la ignorancia».

Ryszard Kapuściński

Los prejuicios determinan nuestra manera de entender a las personas y las situaciones, influyendo en la calidad de las relaciones.

Aunque creamos que somos personas de mentalidad abierta y comprensivas, lo cierto es que aún hay personas racistas, machistas, clasistas, etc., que siguen clasificando y evaluando a las personas basándose en una serie de baremos o prejuicios.

Los prejuicios jamás son inofensivos porque conllevan un tipo de actitud por lo general negativa que lógicamente influye entre las personas.

¿Cuál es el origen de los prejuicios? Hay varias teorías. Las más recientes explican que son actitudes aprendidas sobre experiencias que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida, siendo especialmente importante la época infantil. Observamos y hacemos nuestras las creencias de nuestra familia y personas de nuestro entorno. También influyen experiencias que nos marcan y cuya conclusión tendemos a extrapolar al resto de experiencias similares. Nuestro carácter o personalidad se va forjando en la medida de esas creencias que vamos creando con nuestro entorno.

¿Por qué creamos prejuicios? Porque nos dan una falsa sensación de seguridad, al creer «saber» lo que conllevan ciertas circunstancias o personas.

En más ocasiones de las que somos conscientes o de las que estamos dispuestos a reconocer, prejuzgamos o juzgamos. Llegamos a conclusiones sin conocer a fondo el asunto, sin conocer a la persona y sus circunstancias.

No deberíamos prejuzgar. Vivimos en una sociedad en la que es… digamos que «práctico», juzgar o poner etiquetas en general, a las cosas, a las personas… Pero es necesario prescindir de estas etiquetas o prejuicios si queremos mejorar y prosperar en conjunto, porque éstas crean unas creencias, que a su vez  llevan a una serie de actitudes, las cuales con toda probabilidad limitarán o empeorarán las relaciones humanas y, por lo tanto, las circunstancias que finalmente creamos entre todos.

Curiosamente, las conclusiones a las que llegamos cuando juzgamos a las personas, tiene una utilidad: Conocernos mejor. Porque las conclusiones de ese prejuicio derivan directamente de nuestro propio modo de entender las cosas y las personas, de nuestra propia experiencia y modo de actuar.

Los prejuicios generan un gran problema: que sólo vemos lo que creemos que es, no lo que es realmente. Entendemos y evaluamos a las personas en función a nuestras creencias o prejuicios, y curiosamente, sólo nos fijamos en pequeños detalles que parecen corroborar la idea que hemos preconcebido, el prejuicio que tenemos sobre esa persona.

En definitiva, atribuimos nuestra propia experiencia y nuestro modo de ser… a la persona o personas que juzgamos, vertemos sobre esa persona que prejuzgamos nuestros propios miedos, temores, defectos, mezquindades, etc. También, de forma contraria, puede darse el caso de que veamos en esa persona sólo cosas buenas, que en realidad es una proyección de lo bueno que hay en nosotros. Esto suele ser menos frecuente.

No hay manera de ser realmente justo. Por eso es mucho mejor que nos centremos en nosotros mismos, en mejorarnos, en hacer una autocrítica sana y constructiva, y no emitir juicios o prejuicios de los demás.

Es mucho mejor permitir que cada cual sea y haga lo que quiera. Y disfrutar de las relaciones, no dando nada por hecho jamás, y aclarando cualquier situación antes de asumir que nuestros prejuicios son correctos.

Por todo ello, es mucho mejor «juzgarnos» a nosotros mismos como modo de superar nuestros defectos y mejorar nuestras virtudes. Es infinitamente más productivo. E infinitamente más justo…