Relacionarnos de forma inteligente: respeto o aceptación

Un hombre estaba de visita en el cementerio, en la sepultura de su mujer. Mientras se inclinaba para poner unas flores, vio a una mujer de rasgos orientales que ponía en una tumba un plato lleno de algo que parecía arroz.

Guiado por la curiosidad, se acercó para cerciorarse de si efectivamente era un plato de arroz. Cuando se aseguró que así era, preguntó entre irónico y bromista:

Disculpe señora. Con todos mis respetos, ¿cree que su difunto vendrá a comer el arroz?

A lo que la mujer oriental contestó:

Vendrá a comer el arroz cuando el suyo venga a oler las flores, por supuesto.

. . . . . .

El respeto auténtico no significa que comprendamos a la otra persona, sino que la aceptamos como es, siempre que esa persona actúe dentro de los límites razonables de su libertad, naturalmente.

A veces juzgamos o prejuzgamos sin conocer o entender. Nos burlamos, criticamos, discutimos, dejamos de hablarnos, nos entrometemos, etc., y todo esto por no aceptar o respetar a los demás como son.

Olvidamos o no tenemos en cuenta que nuestra percepción de las cosas está directamente relacionada con nuestras creencias, con lo que sabemos o creemos saber y con nuestras experiencias.

¿Realmente nuestro bagaje es el mejor, el más correcto, el que más se acerca a la «verdad»?

El mundo es como es. Lo que vemos o interpretamos de él, es un reflejo de lo que albergamos en nuestro interior. Vemos lo que proyectamos. Vemos lo que somos.

Por eso no podemos ser siempre justos.

Por eso debemos aprender a aceptar y respetar a las personas como son, o como creemos que son…

flor-arroz

 

El mayor obstáculo.

Una tarde de verano muy calurosa, fui a pasear cerca de la orilla del río cercano al pueblo donde estaba pasando unos días de vacaciones. El calor provocaba que no parase de sudar, por lo que bebía agua con mucha frecuencia.

Justo cuando estaba pensando en que no me sentía saciado por más que bebía, vi a un perro que se acercaba al río, seguramente con intención de beber.

Me llamó poderosamente la atención que el can trataba de acercarse, pero apenas se atrevía. Se acercaba, inclinaba su cabeza para beber y en cuestión de un segundo, retrocedía mientras ladraba con fuerza.

Esto me causó una gran curiosidad, así que me acerqué para averiguar qué provocaba tan extraño comportamiento. Entonces me percaté del motivo por el cual el perro retrocedía cada vez que se acercaba al agua: confundía su propio reflejo con el de otro animal y esto le asustaba.

Cuando el perro se asomaba al agua cristalina del río que fluía con lentitud, veía su reflejo y retrocedía rápidamente muy asustado. Pocos segundos después, volvía a intentarlo acercándose con cautela y miedo. Seguro que lo que le empujaba a seguir intentándolo a pesar del miedo, era la sed que debía sentir el pobre animal debido al insoportable calor.

Sentí el impulso de darle de beber de mi botella, pero opté por observarle. No quería privarle de la oportunidad de aprender de esta situación. Además, estaba prácticamente seguro de que finalmente el perro sacaría fuerzas de su necesidad… O tal vez…. permitiría que su miedo se apoderase de él, en cuyo caso yo le ayudaría. Quería saber si mi suposición de que lo lograría gracias a su necesidad de beber era correcta, o si finalmente se dejaría vencer por el miedo…

Después de unos minutos y de un aullido, el perro se lanzó al agua. Por supuesto, la imagen que el animal creía que era otro perro enemigo, el obstáculo que su creencia había creado, desapareció…

Y así fue como, al enfrentarse a su supuesto enemigo, aquel perro venció el mayor obstáculo:

Él mismo…

. . . . . .

En la Vida nos aguardan diversas situaciones que nos ponen a prueba. Situaciones que aparentemente se escapan a nuestro control o que suponen tener que hacer cosas que normalmente no hacemos. Acontecimientos que nos llevan a tener que salir de nuestra zona cómoda. Tenemos tendencia a proyectar hacia los hechos y las personas nuestros defectos, nuestros temores… Y lo que tenemos que hacer en realidad, es mirar dentro de nosotros mismos.

El peor enemigo posible, el mayor obstáculo, está en nuestro interior. Probablemente muchas más veces de las que somos conscientes nos hemos saboteado a nosotros mismos, por temores conscientes o inconscientes. El autosaboteo puede venir de no sentirnos merecedores de algo, o porque albergamos una creencia que limita lo que estamos dispuestos a aceptar  en nuestra vida, o cualquier otro tipo de creencia limitante. Las peores son las creencias limitantes de las que no somos conscientes.

Cuando nos sintamos bloqueados, cuando no nos sintamos «capaces» de superar una situación, de avanzar en algún momento de nuestra vida, lo mejor que podemos hacer es hacernos conscientes de nuestro motivo, de nuestro porqué y aferrarnos a él, para inmediatamente, actuar a pesar del miedo o de la excusa que estemos utilizando para justificar nuestra pasividad o inacción. Tal como hizo nuestro amigo perruno de la historia: saltemos, actuemos a pesar de los miedos o de los bloqueos.

El mayor obstáculo somos nosotros mismos. Por eso está en nosotros mismos superarlo…

Carta a los Reyes Magos 2014

Queridos Reyes Magos:

En su sabiduría, Sus Majestades saben que todo el sufrimiento y dolor en este planeta viene dado por nuestros pensamientos, porque de éstos derivan nuestros actos.

Ustedes saben que lo que pensamos y creemos, puede determinar nuestra actitud ante la vida.

Saben que estos pensamientos y creencias también nos condicionan ante las personas que comparten nuestra vida, y determinan la cantidad y el tipo de personas que conoceremos.

Saben que nuestros sentimientos nacen y se forman en gran medida por nuestros pensamientos, que nos sentimos bien o mal en función de en qué nos enfocamos.

Este año les voy a pedir que nos ayuden a ser conscientes del poder de nuestros pensamientos en nuestras vidas. Que nos ayuden a ver lo importante de nuestras creencias, de lo esencial de lo que entendemos como «posible» o «imposible».

Les pido nos ayuden a enfocar correctamente nuestros pensamientos, a que nos centremos sólo en lo positivo que la vida nos ofrece, y más importante aún, que nos ayuden a darnos cuenta de las oportunidades que esconden los problemas y las personas difíciles.

Una vez más, les pido nos ayuden a reencontrarnos con ese niño o niña que una vez fuimos. Que seamos capaces de ver las cosas como un niño las vería: sin prejuicios, con energía, con ilusión, con amor.

Muchísimas gracias Sus Majestades.

 

¡FELIZ NAVIDAD 2013!

Estamos en fechas en las que tenemos ilusión, lo pasamos bien, hacemos balance de lo que hemos hecho… Nos proponemos objetivos para el año que está a punto de nacer, queremos mejorar y prosperar en todos los niveles.

La prosperidad no puede venir sólo por el intelecto. Nuestro avance y mejora tiene más que ver con los sentimientos, con el corazón. Sentirnos bien con nosotros mismos, es esencial. Para ello es necesario  que trabajemos para ser nuestra mejor versión. No importa si no lo conseguimos, lo importante es que tengamos la certeza y la satisfacción de hacer lo posible cada día por tratar de lograrlo.

Seamos lo suficientemente humildes para reconocer que podemos mejorar, para entender que no lo sabemos todo y que cada día podemos aprender cosas nuevas que nos ayuden a ser mejores; reconozcamos que cada día podemos amar o querer a nuestros semejantes mejor, y especialmente a nosotros mismos.

Como bien ha dicho el Dalai Lama, el amor y la compasión no son lujos, sino necesidades básicas porque sin ellos la humanidad no podría sobrevivir.

Seamos conscientes de que cada día es una nueva oportunidad para ser la mejor versión de nosotros mismos. Estas son unas buenas fechas, aunque tan buenas como cualquier otro momento, para tomar conciencia y trabajar por ser nuestra mejor versión, para de este modo, hacer un mundo mejor.

¡Felices Fiestas! ¡Feliz Navidad a todos! 🙂

Emprendizaje

Hace unas semanas, Javier me pidió que escribiese mi experiencia como emprendedora. ¡Qué difícil! Cómo contar todas las emociones que suponen emprender un sueño… convertir en realidad una idea que durante tantos años fraguas en tu mente. Y hoy mismo la respuesta vino a mí.

Ordenando documentos en mi despacho, me encontré con el discurso que leí el día de la inauguración de mi empresa. Hoy comparto con vosotros algunos fragmentos, con la intención de que la emoción de mis palabras (no sonoras) llegue a todos vosotros, lectores de NeoParadigmas:

“Buenas tardes. Bienvenidos a Brétema Producciones. Hoy es el comienzo de un sueño que empezó hace unos años, y para el que parecía que nunca aparecía el momento adecuado, hasta que me di cuenta que el momento adecuado lo elige uno mismo.

(…)

Del mismo modo que en su día tuve que descubrir que uno mismo elije el momento adecuado para realizar sus sueños… Estos días estaba delante del ordenador intentando escribir el mejor discurso del mundo para este momento, y una vez más… me di cuenta de algo, que no hay mejor discurso que hablar con el corazón. Así que os contaré, entre amigos, como se ha ido creando este pequeño Universo llamado Brétema.

La primera vez que se me ocurrió la idea estaba haciendo la carrera. En medio de un trabajo de radio que tenía que presentar unos días después, se me ocurrió que por qué no montar una empresa que vendiese contenidos a las radios… ofrecer producción enlatada, cortinas, jeangles, contenidos para las webs… y millones de cosas que se te pasan por la cabeza.

(…)

Terminé la carrera, me fui a Chile a trabajar, vi cómo estaban montadas allí las emisoras radiofónicas, qué tipo de producción se hacía en Latinoamérica… Y me volví un año y medio después cargada de ideas para poner en marcha.

(…)

Y desde entonces la idea se iba despertando cada día más, y nos dimos cuenta que el sonido está en todas partes, no solo en la radio. Está en la publicidad, en el cine, en la televisión, en los videojuegos, en los móviles, en la red, en directo, en diferido, en la voz, en los instrumentos, en las imágenes también, aunque no lo creáis, en las cosas… Está en todas partes. Por lo tanto la idea fue creciendo poco a poco.

(…)

Nuestro objetivo es la creación. Queremos ser creadores de ideas, de productos y de ilusiones que lleguen al público. También queremos ser el complemento perfecto para otras productoras, para agencias, para empresas privadas.

La palabra NO queremos sacarla del vocabulario de Brétema, por lo menos siempre que sea posible, y cuando el NO nos atenace, buscaremos soluciones que permitan que la respuesta de esta empresa siempre sea SÍ.

Y ese SÍ queremos vincularlo a la calidad, a la elegancia y a las resoluciones.

(…)

Este año ha sido el momento. Ha sido cuando María (mi hermana) y yo decidimos dar el “sí, quiero” a este sueño. Hasta entonces todo parecía ciertamente utópico, y muchas personas nos intentaron hacer desistir en el camino. Creo incluso que algunos seguirán pensando a día de hoy que nuestra locura ha ido en aumento.

Le peor que le puede pasar a una persona cuando tiene un sueño es que se lo quieran convertir en pesadilla. Pero os puedo asegurar, que la mayor satisfacción del sueño es convertirlo en realidad. Y no por darle en los dientes a nadie, sino para crear esperanza, para motivar y para crear ilusión.

Me siento dichosa de poder decir hoy desde aquí:

Amigos, los sueños se pueden convertir en realidad. ¿Luchando? Por supuesto. ¿Dudando? Sin lugar a dudas. ¿Flaqueando? A cada momento. Pero todo eso lo que te permite es reforzarte en tus creencias.

No sé si he nacido para ser empresaria, no sé si mi futuro es llevar un gran timón. Lo único que sé es que nací para Brétema y por eso era necesario crearla.

Como decía, este año ha sido el momento. Y en esta decisión nos han acompañado una serie de equipos y profesionales que han hecho que el nacimiento de Brétema sea posible.

Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a cada una de las personas que de un modo u otro aportaron su granito de arena a Brétema. Tanto profesionalmente como en el terreno personal.

(…)

Y gracias por supuesto, a cada una de las personas que nos acompañan. A los de aquí, a los de allí y a los de más allá. Gracias a todos.”

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Creo que no podía encontrar mejor forma de explicar qué es ser emprendedora que iniciar este artículo con las palabras de la ilusión que encierran los emprendimientos de la vida.

Una vez puesta toda la ilusión y la carne en el asador. Una vez pasadas todas las tensiones, los miedos y los contratiempos de última hora que implica la puesta en marcha de una empresa… ¿qué sucede? Pues que todo no ha hecho nada más que comenzar. Es decir, comienzas a aprender.

Quizás por esto último, por el aprendizaje que conlleva ser emprendedora, creo que la palabra correcta debería ser emprendizaje. En donde primero te pones en marcha con ilusión, con amor y con esfuerzo, y donde más tarde aprendes y pones en marcha todos los mecanismos racionales y emocionales que no eres consciente ni de que existen dentro de ti.

Porque una vez abiertas las puertas de Brétema empezaron los retos. Los retos reales, palpables y, en ocasiones, asfixiantes. Pero como todo lo empiezas con ganas, ilusión y amor, se puede. Y cuando crees que no puedes más, se puede. Y cuando piensas como pase algo más negativo no me levanto de la cama, se puede.

Y de pronto llega un día en el que suena el teléfono, la puerta, el móvil, un mail, equis… Y todo gira, y llegan las sonrisas, las recompensas y las alegrías. Y no os vayáis a creer que lo que más alegría da, es el alivio de que por fin hay luz al final del túnel y que menos mal que tu sueño no se ha ido al garete. No, no. Lo que más alegría te da, es ver a tu equipo contento, ilusionado, y sujetando el timón del barco con tanta fuerza como si de tus propias manos se tratasen.

Ahí está la mayor satisfacción del emprendizaje.

Así que si me puedo atrever a dar un consejo, o mejor dicho… si con mi ejemplo puedo inspirar a alguien, sólo diré una cosa: hagáis lo que hagáis, hacedlo con amor. Porque solo el amor por vuestro emprendizaje, sea cual sea éste, no tiene por qué ser una empresa, os dará la fuerza necesaria para soportar las tempestades y llegar con vuestro barco a buen puerto.

Brétema ha empezado a hablar y a dar sus primeros pasos. Tiene casi 9 meses. Cuando nos demos cuenta le comenzarán a salir los primeros dientes.

El discurso que leísteis anteriormente lo dije ante casi 100 personas, el día de la inauguración de Brétema. ¿Sabéis qué día fue? El 8 de marzo. El día Internacional de la Mujer (antiguamente conocido como Día de la Mujer Trabajadora).

Naciendo en un día con tanta fuerza y significado, no le puede ir de otro modo que no sea bien.

¿Sabéis cómo me gusta llamarle? La Fábrica de Sueños.

Gracias por llegar aquí con tus ojos. Y ojalá, con una sonrisa.

Visítanos en:

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¿Por qué los perros viven menos que las personas?

Un día me llamaron a la clínica para que fuera a examinar a un perrito anciano, un caniche de los pequeños, llamado Chiqui. Los dueños, un matrimonio y su hijo de 6 años Alberto, querían profundamente a su mascota. Esperaban un milagro que lo salvase.

Cuando examiné a Chiqui llegué a la clara conclusión de que iba a morir irremediablemente en pocos días y aquejado de grandes dolores, probablemente sufriría aún más de lo que ya estaba sufriendo. Con el máximo tacto del que fui capaz, se lo comuniqué a su familia, y les dije que quizá lo más piadoso que podían hacer por él, era ponerle una inyección para evitarle más sufrimiento. Quedamos en que lo haríamos al día siguiente.

Cuando llegó el momento, observé cómo toda la familia rodeaba a Chiqui y le acariciaban con los ojos llenos de lágrimas. Aunque era una situación familiar para mí, no pude evitar sentir una enorme tristeza.

Me sorprendí mucho al ver que el niño parecía estar bastante sosegado mientras acariciaba al perro en sus últimos instantes. No pude dejar de pensar si era plenamente consciente de lo que estaba a punto de ocurrir. Poco después de la inyección, apenas unos minutos, Chiqui se quedó dormido plácidamente… para no volver a despertar.

Alberto parecía estar bien, y aceptaba la muerte de su querida mascota Chiqui mucho mejor que sus padres, que no cesaban de llorar.

Nos sentamos y nos pusimos a hablar un poco. En la conversación, salió la eterna pregunta de porqué viven tan pocos años los perros en comparación con las personas.

Alberto, que había estado escuchando atentamente, exclamó: – ¡Yo sé por qué!.

Lo que dijo me reconfortó como nunca antes, y a juzgar por la expresión en la cara de sus padres, también sintieron un gran alivio. Jamás había escuchado una explicación tan dulce y coherente. Sólo la mente pura de un niño podía llegar a una conclusión así. Las palabras de un niño de 6 años cambiaron mi forma de ver y sentir estos sucesos.

Su explicación fue:

Las personas venimos al mundo para aprender cómo vivir una vida buena: querer a las demás personas siempre y ser buenos, ¿verdad? Pues como los perros ya saben cómo hacer todo esto, no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros.’

Versión de Javier Martín, basada en una historia similar vista en Internet.

En memoria de mi pequeño y Gran Amigo, cuya marcha de este mundo fue más ingrata que la de la historia. Estoy seguro de que eres feliz en el Cielo de los Perros.

Te Quiero Chiqui.

Chiqui