Los secretos de la mente millonaria

Las raíces crean los frutos.
Si quieres cambiar los frutos, tendrás que modificar en primer lugar las raíces.
Si quieres cambiar lo visible, antes deberás transformar lo invisible.

Uno de los Principios de Riqueza, extraído del recomendable libro Los Secretos de la Mente Millonaria  de T. Harv Eker.

Los días 29 y 30 de abril y 1 de mayo, estuvo T. Harv Eker en Barcelona para impartir el Seminario Intensivo de la Mente Millonaria, al cual he tenido la suerte de asistir. Lo recomiendo a todas aquellas personas que estén interesadas en adquirir nuevos paradigmas acerca de la Prosperidad y el dinero. Harv es muy carismático y transmite mucha energía, con la que consigue “hechizar” a los asistentes a sus seminarios. Tiene la capacidad de hacer que las personas tomen acción.

Harv Eker

Harv Eker

T. Harv Eker basándose en las premisas que enseña, se hizo millonario en algo más de dos años. Es autor de Los secretos de la mente millonaria (número 1 en ventas en Estados Unidos) y desarrolla varios y exitosos cursos, seminarios y talleres.

Hijo de emigrantes europeos, creció en Toronto. El dinero escaseaba en su familia, así que comenzó a trabajar a los 13 años entregando periódicos, como heladero y vendedor en ferias. Después de cursar un año en la Universidad de York de Toronto, decidió dejarlo y tomarse tiempo para perseguir su sueño de convertirse en millonario.

Comenzó más de una docena de empresas diferentes, pero el éxito financiero se le escapaba. Después de varios años de frustración, abrió una tienda de fitness. El negocio creció exponencialmente en sólo dos años y medio. Posteriormente, Harv vendió la empresa a una compañía por un millón y medio de dólares.

Con esta venta logró su sueño de ser millonario, pero en menos de dos años a causa de malas inversiones y gastar incontroladamente, perdió todo su dinero.

Fue entonces cuando Harv comenzó a desarrollar sus teorías sobre la relación de las personas y el dinero con respecto a su modo de pensar y sus emociones. Se dio cuenta de que su «termostato interno de dinero» se fijó para una cantidad concreta de éxito financiero, y que todo el mundo tiene un «tipo de ajuste» financiero. El descubrimiento más profundo de Harv era que este modelo del dinero se puede cambiar. Utilizando los principios y prácticas que describe en su libro Los Secretos de la Mente de Millonaria, ha logrado ser multimillonario.

Durante sus años de lucha en la consecución de su objetivo, Harv se prometió a sí mismo que ayudaría a otras personas a ser ricas. Como fundador y presidente de Peak Potencial Training Inc., ha tocado las vidas de más de 300.000 personas, ayudándoles a acercarse a su meta de Libertad Financiera.

En el Seminario Intensivo de la Mente Millonaria, principalmente se «ataca» la psicología del dinero para llegar a los paradigmas que se tienen sobre éste y la Prosperidad. Explica que todo se basa en el «termostato financiero» que he mencionado antes. Si este termostato no está bien afinado, jamás lograremos Prosperidad financiera. Los Pensamientos llevan a Sentimientos, los Sentimientos a Acciones y las Acciones a los Resultados.

No importa que seas un gran profesional o un excelente empresario, si no tienes los paradigmas adecuados sobre el dinero, no podrás llegar a tu máximo potencial. Con este seminario, se pretende reprogramar estos esquemas mentales para lograr la Excelencia en cuestiones económicas.

Como ya he comentado, el seminario duró tres días, y la duración de cada jornada era de aproximadamente diez horas. Es prácticamente imposible mencionar todo en poco espacio, pero a continuación trataré de exponer de un modo esquemático y resumido algunos de los conceptos más importantes que se trataron. El Seminario está lleno de declaraciones, que son un poderoso recurso de aprendizaje acelerado.

* Mi Mundo Interior crea mi Mundo Exterior.

* Los pensamientos llevan a los Sentimientos, éstos a las Acciones, y éstas a los Resultados.

* Mente + Espíritu + Sentimientos = RESULTADOS

* Es vital tener un Propósito en la Vida.  Si no eres Feliz es que no estás viviendo tu Propósito.

* ÉXITO: Cumplir tu Propósito en la Vida haciendo lo que te gusta ganando dinero.

* Hacer lo que amas es Vital. Te genera emoción; la e-moción, es energía en movimiento.

* Donde pones tu atención, va tu Energía.

  • Las creencias es lo que FILTRA lo que PERCIBES del Mundo. El mundo es lo que tú ves.

* Las cosas tienen el significado que LES DAS.

  • Conquístate a ti mismo, no a los demás, para servirte a ti mismo y a los demás.

* Tú mismo decides tu valía, nadie más.

* Más que tener las “mejores” creencias, lo importante es que éstas sean fuertes.

* Las creencias son como las patas de una mesa (Objetivo). Si no son fuertes o tienen defectos, no podrán sostener la mesa.

* Nada tiene significado hasta que YO se lo doy.

* Atacar con fuerza las creencias que tenemos ancladas en nuestro subconsciente. Todos hemos sido «programados» con respecto al dinero, nos han hecho creer de modo consciente e inconsciente ciertos juicios sobre el dinero, generalmente negativos, tales como «el dinero es malo», «el dinero corrompe», «los ricos son malas personas que han hecho fortuna de forma deshonesta», «ser rico es malo», etc., etc. El dinero es sólo un medio y es tan «bueno» o «malo» como queramos verlo.

* En realidad, el dinero sólo amplifica lo que ya eres (bueno o malo).

* De lógica aplastante: Para ser millonario, hay que hacer los que hacen los millonarios.
* Dar y recibir es igual de bueno.

* Hay que estar abierto a recibir.

* ¿Quién eres? ¿Qué piensas? Cuestiónate honestamente y sin reproches a ti mismo. Analiza y comprende en qué punto te encuentras, y toma las medidas para mejorar. Debes ser responsable de tu propio Éxito.

* Vivimos en un mundo de Causas y Resultados. Tu Mundo Interior, crea tu Mundo Exterior.

* Con un empleo común NO se puede llegar a ser rico.

* Claridad = Poder (Si no se sabe lo que se quiere, no se consigue nada).

* La Libertad Financiera es una Opción (no una suerte o algo que surge por azar). Podemos elegir ser millonarios y actuar en consecuencia.

* La riqueza tiene que ver con llevar la vida que deseamos sin tener que trabajar, es decir, conseguir tener Ingresos Pasivos.

* Ser millonario es de verdad posible: más del 90% de las personas que han llegado a ser millonarias, empezaron de cero.

* En el negocio que escojamos, no debemos ponernos ningún límite o frontera mental en cuanto a la cantidad de beneficios que podemos alcanzar, y también debemos estar dispuestos a aprender.

* Para el Cambio:

– Tener Conciencia de quien soy y lo que quiero.

– Comprensión de nuestro pensamiento.

– Recondicionar.

* Algunos ejemplos de actividades que pueden proporcionar Ingresos Pasivos:

Alquiler de propiedades.

Marketing Multinivel (MLM, Network Marketing).

Franquicias.

Royalties (por libro, canción, obra, etc.).

Máquinas expendedoras, cajeros automáticos…

Negocios a través de Internet.

Otros negocios, etc.

* En el negocio o actividad que escojamos, es importante tener en cuenta que:

  1. Debemos contar con un buen producto o servicio.
  2. Óptima organización para un óptimo funcionamiento.
  3. Mentalidad y Actitudes adecuadas.
  4. Adoptar un sistema de negocio para que finalmente, trabaje “solo”.

 

* Para garantizarnos el éxito en nuestro negocio:

Producto + Operaciones y Administración + Marketing y Ventas (lo más importante).

* Conociendo y dominando el Marketing se puede tener éxito en cualquier negocio. Si sabes Marketing, serás “libre”.

* Para controlar nuestro dinero, debemos gestionarlo. Para alcanzar Independencia Económica, uno de los requisitos es aprender a gestionar nuestro dinero, ya que hasta que no se aprende a gestionar lo que se tiene, no se puede tener o gestionar más.

*O controlas el dinero o él te controlará a ti: Harv dice que el dinero es importante en nuestra vida y que cuando aprendemos a tener nuestras finanzas controladas, todas las áreas de nuestras vidas mejorarán. Por ello, nos propone un sistema para gestionar nuestro dinero. Él lo divide en 6 partes o cuentas:

 

  1. Un 10% para Libertad Financiera (esta cuenta nos ayuda a poner atención a nuestra libertad económica: allí donde se dirige la atención, aparecen resultados).
  2. 10% para gastos a largo plazo.
  3. 10% para educación (libros, estudios, formación, etc.).
  4. 55% para las necesidades.
  5. 10% para ocio.
  6. 5% para dar, caridad.

* Somos seres de Hábitos. Esencialmente, hay dos tipos:

Los que Hacen.

Los que no hacen.

* Céntrate en lo bueno. Te dará más energía.

* Las personas con las que nos juntamos nos influyen en general y en concreto con el dinero. Por lo tanto, debemos cuidar con quién compartimos nuestro tiempo. Es importante rodearnos de personas con objetivos similares a los nuestros y con una perspectiva de la Prosperidad y del dinero orientada hacia la Abundancia.

* Crea un grupo de apoyo en tu Vida y apóyales, y permite que te apoyen.

* Afectamos a las personas porque somos Energía (positiva/negativa), y la transmitimos, queramos o no. Así pues, sé (energía) positivo/a.

 

* Más sobre la Actitud:

  • La Actitud no es “a ver si funciona”. La cuestión es SI FUNCIONAS TÚ.
  • Puedes tener razón o puedes ser Feliz / Rico.
  • Del modo que haces una cosa, lo haces todo.
  • Lo que hagas, debe ajustarse a ti. Da significado a tu Vida.
  • Los Elementos Motivadores por excelencia son el Dolor y el Placer. Actuamos cuando algo nos va a proporcionar placer o diversión o para evitar un dolor o un miedo.
  • Las personas que no se sienten bien es porque no piensan bien o de la manera correcta. Cuando no piensas bien, estás matando tu Vida, te estás matando a ti mismo.
  • Si te sientes culpable con el dinero, te saboteas.
  • No serás tú mismo si buscas la aprobación de los demás.
  • Perdonar: los Sentimientos negativos son Energía estancada. Guardar resentimientos es como beber veneno y esperar que otra persona muera.
  • Debemos liberarnos de resentimientos, lo cuáles consumen mucho tiempo y energía, y centrarnos en nuestra Vida y en nuestros objetivos. De nuevo, perdonar.

 

* Una de las razones por las que no nos sentimos completos como personas es que no nos sentimos completos con los demás.

  • El fracaso es un Hábito.
  • La mediocridad es un Hábito.
  • El Éxito es un Hábito.

Por lo tanto, prestar atención a nuestros hábitos.

 

* Es importantísimo que celebremos nuestros Éxitos. Si no reconoces tus éxitos, no estás siendo justo contigo mismo.

* Es tu obligación enseñar a los demás lo que sabes.

* Sobre el miedo:

– Limitador de conducta/actitud: Miedo.

– Cuando no actuamos, es por miedo.

– El miedo es la anticipación del dolor.

– Debemos pues, hacer las cosas a pesar del miedo. Valentía.

– El conocimiento conquista el miedo.

* Oportunidades/Retos:

  • Jamás “resistas” las Oportunidades. Toma Acción en lugar de preocuparte o dudar.
  • Cada vez que retrocedes ante un reto, se empequeñece tu Espíritu.

* La duda provoca dolor.

* Cuando necesitamos la aprobación de los demás, es que no tenemos la de nosotros mismos.

* Los Pensamientos crean los hábitos, los hábitos forjan un destino: La mente modela nuestros sentimientos, y éstos, provocan nuestras acciones. En el Seminario se hace hincapié en las Actitudes de Riqueza, y se nos explica la importancia de ganar la «partida del dinero». Al respecto, Harv nos dio una serie de frases positivas (anclajes, declaraciones) que debemos repetir cada día hasta que las interioricemos y formen parte de nuestros esquemas mentales:

Para ganar la partida al dinero:

  • Soy un excelente administrador
  • Siempre me pago primero a mí.
  • Cada día ingreso dinero en mi fondo para la Libertad Financiera.
  • Mi dinero trabaja para mí y me hace ganar más y más dinero.
  • Mis ingresos pasivos me permiten llevar el tipo de vida que deseo.
  • Soy económicamente libre. Trabajo porque quiero, no porque tenga que hacerlo.
  • Mi negocio a tiempo parcial es administrar e invertir mi dinero, y crearme un flujo de ingresos pasivos.
 
Para ganar la partida de la mente:
  • Juego la partida del dinero para ganar. Mi intención es crearme riqueza y abundancia.
  • Admiro y modelo a las personas ricas y triunfadoras.
  • Creo que el dinero es importante. El dinero es libertad y hace la vida más agradable.
  • Me hago rico haciendo lo que me gusta.
  • Merezco ser rico porque creo un valor añadido en la vida de los demás.
  • Doy con generosidad y soy excelente a la hora de recibir.
  • Me siento verdaderamente agradecido por todo el dinero que tengo ahora mismo.
  • Siempre encuentro oportunidades lucrativas.
  • Mi capacidad para ganar, mantener y multiplicar dinero aumenta día a día.
El procedimiento para realizar estas afirmaciones se basa en una técnica de PNL (Programación Neurolingüística), con afirmaciones usando elementos «VAKS» (Visual, Auditivo, Quinestésico y Espiritual); consiste en realizar un movimiento al hacer cada afirmación: dibujar en el aire con con los brazos extendidos, las manos entrelazadas y los pulgares hacia arriba un 8 (visual), masajearte los lóbulos de las orejas (auditivo), doblar las rodillas y los brazos al mismo tiempo (quinestésico) y llevar las manos al corazón (espiritual).
Durante el Seminario realizamos varios ejercicios en el que participábamos en pareja o por grupos. De todos ellos, comentaré sólo dos. En uno de ellos, se nos indicó que tuviésemos preparado un billete de 100 euros. Cuando llegó el momento del ejercicio, nos dijeron que teníamos que quemarlo. Nadie estaba seguro de la finalidad de este ejercicio. No desvelaré qué pasó por si en algún momento tenéis la oportunidad de asistir a este seminario, sólo os cuento que me quedé plenamente satisfecho con mi decisión 😉

El otro ejercicio del que quiero hablaros, consistía en romper una flecha cuya punta previamente habíamos colocado en nuestro cuello, en la zona que hay justo encima del esternón, la zona más vulnerable. Un compañero o compañera sujetaba la flecha desde el otro extremo (en la foto de ejemplo, como se puede ver, usan la pared como apoyo), y una vez correctamente apoyada la punta de la flecha en el cuello tal como he explicado, había que avanzar hasta romper la flecha. Y así lo hicimos casi todos. Es un ejercicio que genera una gran auto-confianza y firmeza. Todo es posible con determinación. Cuando terminamos el ejercicio, Harv pidió que levantaran la mano las personas a quienes les dolía el punto donde habían apoyado la flecha y después a quienes no les dolía. A continuación explicó que a quienes les había dolido, era porque habían dudado y habían avanzado despacio. Para los que no nos dolió, nos explicó que habíamos avanzado con seguridad, sin dudas, y por eso lo habíamos hecho lo suficientemente rápido como para que no llegara a dolernos. De este detalle, se llega a la conclusión de que la duda provoca dolor, y la determinación y seguridad nos permite avanzar y sin dolor.

El Éxito genera Éxito (Success breeds Success).

En definitiva, en este seminario, Harv propone un cambio de paradigmas total en cuanto al dinero. Cambiar nuestros prejuicios acerca de la Prosperidad y el Dinero para cambiar nuestros resultados al respecto.

Uno de los dichos de Harv es: «No basta con estar en el lugar adecuado en el momento justo. Tienes que ser la persona adecuada en el lugar adecuado en el momento justo». Esforcémonos pues en mejorar a todos los niveles y, especialmente, cambiar nuestras creencias sobre la Prosperidad.

El perdón o la liberación del espíritu

El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.

Martin Luther King

Estoy de acuerdo, aunque siempre hay matices. Es una aseveración que puede resultar dura para quienes les cuesta perdonar, pero yo creo que nadie está hecho para ser rencoroso; si así fuera, no nos costaría tanta energía y tanto sufrimiento el hecho de no perdonar. Estoy convencido de que el estado natural del ser humano es amar y ser amado, lo cual implica muchas cosas, entre ellas el Perdón. Perdonar a quienes nos ofenden o nos hacen daño, nos libera, nos quita una pesada carga de nuestra alma.

¿Qué es perdonar?

Perdón es la fragancia que suelta la violeta cuando se levanta el zapato que la aplastó.

Mark Twain.

En el verbo latino perdonare, el prefijo “per” amplifica al verbo “donare”, que significa entregarse al máximo o dar en abundancia, que es lo que efectivamente es el acto de perdonar, un acto de conceder, de liberar de culpa a quien ha hecho daño.

Más que una justificación u olvido a las ofensas o daño que nos han hecho, tiene que ver más con una comprensión (empatía) de lo sucedido y del autor del daño, con la asimilación de este daño y con la liberación definitiva de los sentimientos negativos que acarrea el agravio sufrido.

Perdonar implica en mayor o menor medida empatizar con la persona que ha hecho el daño, ponernos en su lugar y comprender por qué lo ha hecho y comprender los sentimientos del agresor.

Perdonar libera al que perdona y al que es perdonado. Rompe la cadena negativa que supone el rencor que muchas veces lleva al odio.

Perdonar hace que nos liberemos de todo sentimiento negativo. Supone que cuando recordemos el agravio ya no nos sentiremos mal, ni sentiremos deseos de venganza; lo aceptamos y seguimos adelante. Perdonar permite no albergar sentimientos negativos por la persona que hizo mal.

Es un camino de sanación. Dejar marchar los sentimientos negativos, comprender lo sucedido y aceptarlo, puede sanar la relación sea del tipo que sea, y más importante aún, a nuestro espíritu.

Perdonar es un acto de fuerza interior. Es un acto de humildad y respeto hacia quien nos ha hecho daño. Para que sea un acto de Perdón auténtico, no podemos perdonar sintiéndolo como un acto de superioridad, sino como un acto de comprensión, amor y generosidad.

¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la Vida? Perdona.

¿Por qué es sano y positivo perdonar? Diversas corrientes psicológicas afirman que sanamos emocional e incluso físicamente cuando perdonamos a quienes nos han hecho daño. Y, efectivamente, perdonar de corazón a quienes nos han hecho daño, conlleva a una sensación de liberación y paz.

¿Cómo se perdona?

En primer lugar, recordar y analizar qué sucedió y asociarlo con el agresor. En segundo lugar, aplicar la empatía, esto es, ponernos en la piel del agresor, comprenderlo, y observar el contexto de lo sucedido.  A partir de ahí, será mucho más sencillo tener compasión, tratar al agresor como el ser humano que es y desvincular su persona del acto cometido, todos estos pasos deben ser realizados desde la humildad, eliminando cualquier atisbo de orgullo que no sirve nada más que para alejar el Perdón. Pero, ante todo, perdonarse a uno mismo es esencial para que el Perdón sea completo y sano. Tener en cuenta que tenemos derecho a equivocarnos y que no siempre vemos las cosas con la objetividad y el temple adecuados, ayuda en el proceso.

Perdonamos cuando observamos nuestros paradigmas sobre el modo en el que se tienen que comportar las personas y nos hacemos conscientes de que las cosas no siempre han de ser como esperamos que sean, y cuando asumimos y aceptamos que todos cometemos errores.

Quizá el truco para perdonar sea tener en consideración que el agresor no es o no le identifica su mal acto.

A veces cuando somos objeto de un maltrato emocional o físico, sentimos ira contra nosotros mismos. Esto suele ser proporcional al grado de estima o amor que sintamos por la persona que nos ha hecho daño. Suele suceder entre colectivos como las mujeres víctimas de violencia de género. Y porque, además, en cierto modo asumimos de un modo más o menos inconsciente que hemos permitido que nos hicieran daño. Por lo tanto, la primera persona a la que debemos perdonar es a nosotros mismos.

Según algunos místicos, el Perdón no existe en realidad porque es una invención del ego. Señalan que perdonar es quitar el castigo o condena a una persona que hemos considerado culpable por algún acto que ha realizado contra nosotros. Por lo tanto, perdonamos porque hemos acusado previamente.

Sentimos la necesidad de perdonar porque nos hemos sentido ofendidos, y ese sentimiento de ofensa es independiente de lo sucedido, ya que es en nuestra mente donde hemos creado una acusación o juicio sobre la otra persona. Desde nuestros paradigmas personales, acusamos a esa persona de «mentir», o de «hacer», o de «no hacer», etc., en lugar de no calificar lo que hizo. Piensan que no nos ponemos en su lugar, que si estuviéramos en su contexto y hubiéramos vivido sus mismas experiencias, probablemente hubiéramos hecho lo mismo.

En definitiva, que el Perdón existe porque juzgamos y porque nos hacemos los ofendidos. Afirman que el Amor no perdona porque no acusa, que el Amor acepta lo que es sin juicios de ningún tipo.

¿Y qué hacer según esta premisa? Recomiendan ignorar, obviar, «dejar pasar» lo agravios.

Ojo por ojo y el mundo acabará ciego.

Mahatma Gandhi

Todos necesitamos ser perdonados, porque todos nos equivocamos. Por lo tanto, perdonar además de un acto de generosidad, es realmente necesario.

Podemos perdonar aunque el agresor no se arrepienta. Por nuestra parte, quedaremos liberados, nos quitaremos un peso de encima. El problema queda para el agresor.

Perdonar no es negar las ofensas o los daños recibidos. Perdonar significa que no permitimos que estos agravios estropeen nuestro presente, nuestra Vida.

El rencor no significa que mentalmente estemos mal, ni estupidez o falta de autoestima. Significa que sólo sabemos afrontar los agravios de una manera diferente al Perdón.

Cuando estamos ofendidos o enojados por algo que nos han hecho, solemos cometer el error de culpar de los sentimientos negativos a las personas que nos hicieron daño, y lo cierto es que al culpar a otros de lo que sentimos les estamos dando poder para controlar nuestras emociones.

En definitiva, perdonar libera del peso del rencor, perdonar sana mente, cuerpo y espíritu, y, por lo tanto, a todas las personas. Al mundo entero.

La empatía y las relaciones

Gandhi dijo algo parecido a esto:

Buena parte de las miserias y de los malos entendidos que hay en el mundo acabarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus enemigos y entendieran su punto de vista«.

Estaba hablando de empatizar.

La empatía o inteligencia interpersonal es la habilidad de comprender los pensamientos, sentimientos y las razones de las actitudes de los demás. Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y de comprender sus sentimientos y lo que le sucede. Es esencial para establecer una comunicación óptima, e imprescindible para generar relaciones interpersonales exitosas. Está relacionada con la inteligencia emocional.

Comprender la actitud de los demás hace que adquiramos flexibilidad para analizar las situaciones desde diferentes puntos de vista, lo cual permite llegar a nuevas ideas y soluciones.

Me atrevería a afirmar que siempre que ha habido una pelea, un malentendido, un desacuerdo, una guerra… al menos uno de sus participantes ha carecido de empatía.

¿Cómo podemos ser empáticos?

Hay diversos factores que intervienen en esta habilidad.

Hay que escuchar y observar abierta y honestamente a nuestro interlocutor, prestar una atención exquisita a su lenguaje verbal y expresivo: la forma de mirar, la voz (volumen, velocidad, expresividad), los gestos, su actitud… todo aquello en su persona que nos muestre y nos proporcione pistas sobre su estado interior.

Es esencial que en primera instancia, dejemos de lado nuestros prejuicios y pongamos la “mente en blanco” durante la observación, dejando que nos impregnen las sensaciones que transmite nuestro interlocutor, para después retomar nuestros conocimientos y experiencias y contrastar toda esa información. No siempre tendremos referencias propias acerca de lo que se siente ante determinadas situaciones, pero podemos utilizar la imaginación basándonos en lo que transmite esa persona.

En definitiva, hay que conjugar una mentalidad preclara y sin prejuicios con nuestros conocimientos y experiencias. Se trata de desarrollar nuestra Intuición para llegar a un conocimiento cercano y profundo de las personas.

Si pretendemos ser empáticos en un diálogo, discusión o negociación, deberemos tener en cuenta los argumentos conscientes e “inconscientes” de nuestro interlocutor. Debemos tener absolutamente clara nuestra postura y objetivos, y buscar posibles puntos de concordancia con los del otro. Ante todo, debemos ser coherentes y expresar con asertividad nuestra postura (expresión respetuosa, madura, equilibrada y firme de nuestros intereses e ideas). Demostrar que comprendemos su postura explicándola, explicar la nuestra y con disposición para encontrar un nexo común, desde el respeto mutuo y trabajo conjunto.

No puedes llegar a la empatía, o al menos no del todo, sin un conocimiento muy elevado de ti mismo y del tipo de relaciones que tienes. Manejar aquella parte de nuestra personalidad de la que somos conscientes puede ser más o menos fácil; la cuestión es que en muchas ocasiones no somos conscientes de ciertas características de nosotros mismos, y en lo que respecta a la empatía que seamos capaces de tener, está directamente influenciada por aspectos de los que no solemos ser conscientes.

“Automatizamos” ciertas actitudes sin saber bien porqué actuamos así o de dónde proceden dichas conductas.

Para comprender qué sucede cuando por más que lo intentamos no somos capaces de ser empáticos con alguien en particular, es necesario analizar honestamente el tipo de relación que tenemos con esa persona, que de peor a mejor, pueden ser principalmente de tres tipos:

Las relaciones egoístas o las que se tienen y mantienen para recibir. Cuando se exige o se espera que nos quieran y se cumplan con nuestras expectativas. La relación durará siempre que nos estén complaciendo. Pones la atención sólo en lo que recibes, no en lo que das.

Las relaciones en las que esperas reciprocidad. Pretendes recibir lo mismo que das. Si estimas que no estás recibiendo lo mismo que crees proporcionar, dejas la relación. El problema es que no solemos ser conscientes de que la forma en que percibimos las cosas no siempre es exacta a la realidad.

Las relaciones desinteresadas, cuando das gustosamente sin esperar nada a cambio. En este tipo de relaciones, recibir no es necesario para ti. Disfrutas dando y te basas en dar. En su aspecto más elevado, se convierte en un Amor desinteresado y auténtico. Perdonas y olvidas honestamente las afrentas, das sin esperar nada a cambio y sin importarte el nivel de afinidad que hay entre tú y la otra persona.

Cuando te resulte difícil mostrar empatía con alguien concreto, puedes comprender el motivo si delimitas cual de estos tres tipos de relación mantienes con esa persona. En el caso de alguien que acabas de conocer o con quien no tienes mucha confianza, puede ser que inconscientemente te recuerde a otra persona.

Cuesta o se hace imposible empatizar cuando las relaciones son de tipo egoísta o de reciprocidad. Este tipo de relaciones, se van deteriorando por su propia naturaleza.

Hay diferentes fases en su deterioro, que son una primera fase en el que prevalece un tipo de resistencia, que consiste en una actitud de ponerse a la defensiva ante iniciativas de la otra persona. La segunda fase se caracteriza por el rechazo, que es cuando aparece una actitud agresiva hacia el otro. La tercera tiene que ver con el resentimiento como consecuencia de las fases anteriores, y la cuarta fase es la represión, que es cuando hay necesidad de invalidar cualquier iniciativa de la otra persona, con ánimo de “venganza”.

Fijarnos en el tipo de relaciones que tenemos nos servirá para delimitar porqué no funcionan bien, lo cual nos ayudará a mejorarlas. Además, contribuirá a desarrollar esta extraordinaria y fabulosa cualidad, la empatía.

En un mundo más empático, seremos capaces de comprender a nuestros semejantes y, en consecuencia, nuestra actitud se basará en la coherencia y en la equidad.

Será un mundo más comprensivo. Y por lo tanto, más feliz.

El juego interno

Este es un término que últimamente se utiliza mucho en Psicología en general y en diversas escuelas relacionadas con la seducción. Tiene que ver con nuestras creencias o paradigmas, y con lo que pensamos y sentimos con respecto a una situación o una persona. Es lo que marca nuestra actitud y nos define.

Es pues muy importante prestar atención a nuestro Juego Interno, ya que marcará nuestros actos.

Las acciones para conseguir nuestras metas están perfiladas por nuestra actitud. En general, pasamos a la acción no basándonos o enfocándonos en nuestro propósito, sino en lo que nos hacen sentir o pensar  las situaciones por las que debemos pasar para su consecución.

Un Juego Interno negativo está definido por una baja autoestima, por conflictos internos, por diferentes opiniones o paradigmas que se contradicen, por experiencias negativas, etc. Todo lo que impide alcanzar la excelencia y desplegar todo el potencial.

Una solución para conseguir un buen Juego Interno puede ser aprender a mantener la mente focalizada en nuestra meta sin pensar en nada más. Si queremos conseguir algo, debemos pensar exclusivamente en la meta sin cuestionar negativamente, evitando un diálogo interno negativo, aprendiendo simplemente a centrarnos en las acciones a seguir para su consecución. Esto es, aprender a ignorar a nuestro “enemigo interno”. Requiere práctica y ser vigilantes de nuestros pensamientos, pero es cuestión de establecerlo como un hábito.

Sencillamente pasar a la acción sin pensar nada negativo, sin pronósticos… Sólo haciendo lo que hay que hacer o lo que creamos más conveniente. Con acción positiva, es cuestión de más o menos tiempo lograr cualquier cosa que nos propongamos. En definitiva, zambullirnos en el agua en lugar de quedarnos mirándola preguntándonos si estará fría.

Sabemos que pensamos y sentimos, pero no somos conscientes de este proceso hasta que nos fijamos en él. Prestar atención a lo que pensamos de una situación o una persona, de lo que nos hace sentir,  para darnos cuenta de si nos estamos saboteando, nos facilitará enormemente centrarnos en nuestra meta y hacer lo que más convenga en función de los resultados que queramos obtener.

Mejorar nuestro Juego Interno conllevará  mejorar nuestro Juego Externo, nuestra actitud.

Toma mi mano

Es una frase muy breve, y su significado literal no es demasiado profundo ni especial. No obstante, desde un contexto fraternal, yo la encuentro muy inspiradora y emotiva. Tremendamente positiva. Es la síntesis de lo que yo creo que es la auténtica naturaleza de los seres humanos.

Por lo que vemos a diario, pareciera que sólo disfrutamos con situaciones conflictivas, morbosas… Peleas, malosentendidos, problemas diversos… Es como si en cierto modo necesitáramos la adversidad para sentirnos «vivos», o al menos eso parece teniendo en cuenta las audiencias de cierto tipo de películas y programas de televisión.

Pero, la realidad, es otra.

La adversidad sólo tiene como cometido hacer que nos cuestionemos, nos «invita» a superarnos, a mejorarnos. Lo que nos hace sentir realmente vivos, lo que nos hace sentir de la mejor manera posible, es la Amistad, la Fraternidad… en definitiva, el Amor, en todas sus formas.

Por eso, la frase «Toma mi mano», me conmueve. Porque reduce a la mínima expresión el sentimiento de unidad y fraternidad que en el fondo, todos anhelamos.

Porque, los momentos más bonitos, los más intensos, en los que más nos emocionamos, los mejores de nuestra Vida… son aquellos en los que nos sentimos queridos, cuando notamos que las personas que nos rodean están ahí para y por nosotros. Sentimos especiales a las personas que sabemos que están a nuestro lado, y también nos hacen sentir especiales.

La Felicidad está muy relacionada con querer y sentirse querido.

Porque, todos estamos conectados, en muchos y diversos niveles. A nivel emocional, a nivel grupal, a nivel energético…

Por eso nos hace sentir bien que alguien quiera… tomarnos de la mano.

Cuando alguien te tome la mano o te lo pida, sea literal o metafóricamente, siéntete afortunado o afortunada.

Porque esa Persona Disfruta de tu compañía.

Esa persona, Te Quiere o Te Ama.

😉

Dejaría todo…

Dejaría todo. Esta es nuestra intención cuando pensamos en la persona que amamos.

En nombre de ese Amor que sientes, ¿también serías capaz de dejar a la persona que amas si necesita estar sola o dejar la relación?

¿Cómo se sigue, cómo vivir… qué hacer cuando la persona que amas necesita estar sola, cuando la persona que amas quiere dejar la relación?

Difícil responder a esta pregunta. Quizá mis palabras te consuelen, quizás te sirvan.

En estos momentos de ruptura, cada persona sufre de manera diferente, pero todos sentimos un desgarro interior. No importan los motivos, no importa cómo se reparta la culpa. Queda la sensación desoladora del final de un vínculo que lo era todo para nosotros.

Quizá la clave para superarlo o al menos para no sufrir tanto, es adentrarte en tus sentimientos y observar cuánto amas a esa persona. Si tu amor es Grande, Puro y Auténtico, entenderás que lo que más importa, es que la persona que amas sea feliz, sin importar si es contigo o sin ti.

Se cerrará tu corazón, probablemente. Y quizá simbólica e inconscientemente, «cierres» tu Vida… a tu familia, a tus amigos, incluso a otra persona que podría ser especial…

Porque, aunque comprendas que la esencia del auténtico Amor es dar sin esperar nada, y que la Felicidad de esa persona que amas es más importante que tu deseo de conservar esa relación, será un peso enorme para soportar.

Pero… No te preocupes. Al final, recordarás que el Camino se hace andando. Finalmente, terminarás por comprender y formará parte de ti la Verdad que dicta que sacar fuerzas de la desesperación es posible, y que se puede transmutar esa fría y oscura soledad que sientes en un Amor Incondicional lleno de Luz.

Aprenderás a amarte a ti, y comprenderás qué clase de sentimiento albergabas por esa persona que parecía ser el eje de tu Vida. Abrirás tu corazón que estaba cerrado por la dolorosa herida.

Perdonarás a tu ex-pareja y, más importante aún, te perdonarás a ti, olvidarás y pasarás página.

Es posible, créeme.

Aunque nunca olvides del todo a esa persona que tanto has Amado.

Es posible.

Te ayudará recordar que hay personas que siempre te querrán incondicionalmente.

Te ayudará sentir que eres una persona digna de ser amada y que te aman. Y que volverás a amar y te volverán a amar.

La Vida continúa. Y encontrarás la Felicidad.

Para Silvia, y para todas las personas que están viviendo un momento de tristeza a causa de una ruptura.