Limpiando mente, corazón y espíritu: Ho’ oponopono (II)

No le dices a la Divinidad «Por favor, perdóname» porque ella necesite oirlo; lo dices porque tú necesitas oírlo.
Hew Len

En la primera parte de este artículo, hablé de estar preparado para lograr lo que nos propongamos. El paradigma en particular, es que si no estamos preparados para conseguir algo, no podremos mantener la energía necesaria para manifestarlo. Es necesario, por tanto, limpiar aquello que no nos permite estar preparados.

Esta segunda parte se ha hecho esperar porque no quería escribir sobre algo que, aunque lo puedo comprender, lo quería asimilar al menos lo suficiente como para poder explicarlo de un modo honesto. Confieso que el Ho’ oponopono plantea algo que es difícil de comprender y más aún de asimilar. Plantea que tenemos responsabilidad absoluta en todo lo que nos sucede (algo parecido a lo que afirma la Ley de la Atracción), aunque va un paso más allá, afirmando que somos responsables de lo que les sucede a los demás. Entender este paradigma o concepto de la Responsabilidad Total, está probablemente más allá de lo que la mayoría de nosotros estamos dispuestos a asumir y aceptar.

¿Y cómo transformarnos de tal modo que el resto del mundo también cambie?

Es una técnica entre espiritual y psicológica que se basa en el Amor y el Perdón. Puede ayudar a crear una reacción en cadena que hace que todo sane y vuelva a su estado inicial o lo que algunos llaman estado cero, el mismo estado que tenemos cuando nacemos y en el que todo es posible.

Ho’ oponopono significa «corregir un error» o «hacer lo correcto«. Ho’ o, en hawaiano significa «causa» , y ponopono significa «perfección«. Es de origen hawaiano y es muy antigua, pero no se ha hecho mundialmente conocida hasta hace relativamente poco, gracias a la historia de un psicólogo hawaiano que al parecer curó a prácticamente todos los criminales de una cárcel para enfermos mentales sin ni siquiera ver o tratar a ninguno de ellos. Este psicólogo, Hew Len, se limitaba a estudiar el expediente de cada paciente, haciendo a continuación un trabajo interior: miraba dentro de sí mismo para «ver» cómo había contribuido a crear la enfermedad del paciente en cuestión. Perdonando y aceptando esa parte de sí mismo, el paciente mejoraba.

Esta poderosa herramienta ayuda a limpiar y depurar el inconsciente, que es donde residen nuestros bloqueos y nacen iniciativas. Nos ayuda a borrar los esquemas mentales negativos de los que no somos conscientes y que nos impiden cumplir nuestros deseos. Como todos estamos interconectados o somos «uno», al mejorar nosotros, mejoran las personas de nuestro alrededor.

La técnica básicamente consiste en pronunciar verbal o mentalmente cuantas más veces mejor, la siguiente frase:

«Te amo. Lo siento. Por favor, perdóname. Gracias«.

No es necesario que sintamos lo que dice la frase, es suficiente con pronunciarla y repetirla, hasta hacerla nuestra.

Hay una solución para los problemas o enfermedades que se manifiestan (o mejor dicho, manifestamos), en nuestras vidas cuando estamos dispuestos a asumir completamente la responsabilidad de que creamos nuestra vida tal como es. El Ho’ oponopono nos dice que tenemos que solicitar Amor para enmendar lo que está mal dentro de nosotros, que es lo que manifiesta el problema o suceso negativo que sea. Entonces, podemos decir: «Lo siento. Por favor, perdóname por lo que sea que está ocurriendo  dentro de mí y que se está manifestando en la forma de este problema». De esta manera, el Amor, el Universo, la Divinidad… transmuta lo que haya mal dentro de nosotros que se está manifestando en nuestra vida como cualquier tipo de problema o hecho negativo.

Todo lo que experimentamos está dentro de nosotros.
Todo se soluciona desde dentro de nosotros.
Nuestra responsabilidad es absoluta. 

Mabel Kartz, en su libro The Easiet Way (El modo más sencillo), dice:

«El Ho’ oponopono es un proceso de perdón, arrepentimiento y transformación». Cada vez que usamos alguna de sus herramientas, estamos asumiendo la absoluta responsabilidad y pidiendo perdón (por nosotros mismos). Aprendemos que todo lo que aparece en nuestras vidas no es más que una proyección de nuestros ‘programas’.»

Todos los problemas comienzan como un pensamiento negativo. La mente lógica en principio no puede arreglar las consecuencias de pensamientos negativos. Practicando  Ho’ oponopono, nuestro inconsciente es transformado. Según los antiguos hawaianos que la crearon, al practicarla, lo que sucede es que la Divinidad recoge el pensamiento negativo y lo purifica, neutralizándolo. No se purifica a las personas o circunstancias que provocaron ese pensamiento negativo, lo que se hace es neutralizar la energía asociada a esa persona, lugar o cosa. El primer paso del Ho’ oponopono es la purificación de esa energía y después ocurre algo extraordinario y maravilloso: además de neutralizar esa energía negativa, se libera, de forma que quedamos completamente limpios de limitaciones. De este modo, permitimos entrar a lo Positivo (la Divinidad) en nuestra vida. Vaciándonos y limpiándonos de lo negativo, permitimos la atracción de lo Positivo.

El doctor Hew Len dice:

«Hay una salida para los problemas y las enfermedades cuando las personas están dispuestas a asumir completamente la responsabilidad de crear su vida de la forma que es cada instante. En el antiguo proceso de sanación hawaiano del Ho’ oponopono, solicitamos Amor para corregir los errores  que tenemos dentro. […]  El Amor se encarga entonces de transmutar los errores dentro de nosotros que se manifiestan en forma de problemas o sucesos que no deseamos. El Ho’ oponopono no ve cada problema como una dura prueba, sino como una oportunidad. Los problemas son simplemente recuerdos del pasado que se repiten para darnos una nueva oportunidad de mirar con los ojos del Amor y actuar con Inspiración.»

Inicialmente no es una técnica fácil de realizar. Requiere compromiso, es necesario estar continuamente «limpiando» nuestros esquemas mentales y nuestros sentimientos.

No es fácil comprender y asimilar el Ho’ oponopono, ¿verdad? Pero no perdemos nada con ponerlo en práctica a diario. Cada mañana o cada noche, o en ambas ocasiones, podemos pronunciar para nosotros y para el Universo o Dios, la potente y mágica frase del Perdón y el Amor:

Te amo. Lo siento. Por favor, perdóname. Gracias.

1 comentario

  1. ME ENCANTO GRACIAS!!!

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